GUÍA – Cómo utilizar el objetivo descentrable o TS
¿Merece la pena trabajar con un objetivo descentrable?, ¿cómo funciona?, ¿qué puedo hacer con él? Preguntas como estas o parecidas me hacen muchas veces personas que quieren iniciarse en la fotografía de arquitectura e interiores. Hoy te las respondo.
Presentación de la Guia
¿Merece la pena trabajar con un objetivo descentrable?, ¿cómo funciona?, ¿qué puedo hacer con él?. Preguntas como estas o parecidas me hacen muchas veces personas que quieren iniciarse en la fotografía de arquitectura e interiores.
En este artículo voy a intentar explicar cómo funciona y qué podemos hacer con un objetivo descentrable o tilt/shift. De esta forma podrás decidir por ti mismo si merece la pena la inversión.
¿Qué es un objetivo descentrable?
Es un objetivo que te permite realizar unos movimientos con las ópticas (desplazamiento y basculamiento) que no permiten los objetivos normales. El desplazamiento permite mover la óptica en paralelo al sensor, de arriba abajo, de derecha a izquierda o en diagonal. Y el basculamiento permite mover la óptica basculando sobre su eje vertical u horizontal.
En este artículo me centraré en el movimiento de descentramiento o shift en inglés, que es el movimiento que usamos habitualmente en fotografía de arquitectura.
Esto es difícil de explicar con palabras. Te aconsejo que veas el video para poder entenderlo bien, pero voy a intentar explicarlo de todos modos.
¿Para qué sirve un objetivo descentrable?
En este tipo de fotografía lo utilizamos para poder tener la cámara totalmente nivelada, lo que nos permite que las líneas verticales permanezcan paralelas a los bordes del encuadre, y al mismo tiempo, desplazando la óptica hacia arriba, poder captar la parte alta del edificio sin inclinar la cámara. Esto funciona, como he dicho antes, en vertical, en horizontal y en diagonal.
Pero también tiene otra utilidad. Lo puedes utilizar para hacer fotografías panorámicas que se unen a la perfección porque no existe el problema de paralaje.
Un inciso para explicar lo que es el paralaje. Es la desviación angular de la posición aparente de un objeto respecto a otro dependiendo del punto de vista elegido. Haz este ejercicio para entenderlo, extiende el brazo con el puño cerrado y el pulgar hacia arriba. Cierra un ojo y con el otro tapa un objeto lejano con el pulgar. Ahora sin moverlo cierra el ojo que tenías abierto y abre el otro. Verás que el pulgar ya no tapa el objeto del fondo.
Bien, pues eso ocurre cuando hacemos una panorámica girando la rótula del trípode. Al girar la cámara los elementos de la imagen se “mueven” unos respecto a los otros, y eso nos puede crear un problema al unir las fotografías, sobre todo si hay elementos cercanos a la cámara.
Siguiendo el hilo anterior, si hacemos una panorámica con un objetivo descentrable las fotos se unen perfectamente siempre, consiguiendo así un ángulo de visión mayor al que tiene ese objetivo. Por ejemplo, un objetivo de 24mm tiene aproximadamente un ángulo de visión de 84º pero si hacemos una panorámica uniendo dos fotografías realizadas en los puntos más alejados que permite el desplazamiento podemos conseguir alrededor de 130º, el equivalente a un objetivo de 15mm.
¿Qué ventajas tiene utilizar un descentrable para corregir las líneas verticales si lo puedo hacer en la fase de edición mediante software?
Buena pregunta. Porque antes, cuando trabajábamos en analógico la única forma de corregir las líneas verticales era por medios físicos, o sea con un objetivo descentrable, pero ahora se puede hacer mediante software.
Entonces cuál es la ventaja. Te diría que la más importante es que no pierdes ángulo de visión. Ten en cuenta que para corregir verticales, el software “estrecha” la parte de la foto en la que las líneas se hacen anchas. Si tenemos una foto tomada en contra picado, o sea inclinando la cámara hacia arriba, las líneas en la parte de abajo son más anchas que en la parte de arriba. cuando el software las corrige las estrecha dejando unos triángulos blancos (sin información) que después tendremos que recortar.
Cuando hacemos eso le quitamos parte del ancho de la imagen, con lo que reducimos al ángulo de visión que teníamos en origen. Así los 84º que tenemos en un 24mm podrían acabar, dependiendo de la inclinación de la cámara, en unos 64º, lo que equivale a un objetivo de 35mm.
Por eso los fotógrafos que nos dedicamos a la fotografía de arquitectura e interiores utilizamos, en mayor o menor medida, los objetivos descentrables.