Lo que más rabia me da después de un reportaje, en el momento de la edición, es ver que tengo la imagen llena de manchas de polvo que están en el sensor. Ese tema me llegó a obsesionar mucho cuando comencé a trabajar en digital.

He probado muchos sistemas de limpieza ya que no es viable enviar la cámara a limpiar cada tres o cuatro semanas. El tiempo dependerá de los reportajes que hagas y las veces que cambies el objetivo en condiciones no demasiado óptimas, que es en la mayoría de ocasiones que cambias el objetivo.

Al cambiar el objetivo entra el polvo que hay en el ambiente en la zona del espejo y cuando se levanta el espejo y se abre el obturador para tomar las fotos el polvo se posa en el sensor.

Por mucho que nos vendan que la cámara tiene un sistema de auto limpieza del sensor eso no es real. Finalmente siempre acabamos teniendo polvo pegado al sensor. Y ese polvo lo vemos cuando cerramos mucho el obturador.

Como en fotografía de arquitectura e interiores, la mayor parte de las fotografías, las disparamos con diafragmas cerrados para conseguir mucha profundidad de campo, las motas de polvo que hay en el sensor se ven en forma de pequeñas manchas en la imagen. Las podemos apreciar más en zonas lisas, cielo despejado, paredes, etc. En las zonas con mucha textura no se aprecian.

Aunque en los programas de edición actuales es bastante fácil eliminarlas, no deja de ser trabajo que hay que hacer después y, por lo tanto, horas que no vas a cobrar.

Lo mejor es evitar que entren tomando precauciones en el momento de cambiar los objetivos, pero como en muchos casos no podrás evitarlo, te explico en el video cómo hago yo la limpieza del sensor de mi cámara.